Habiendo decidido el nombre de nuestro bebito, y buscando la confirmación del mismo, Dios nos habló a través de un texto en Isaías 46 regalándonos esta promesa:
46:3 Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz.
46:4 Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré.
46:9 Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí,
46:10 que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;
46:11 que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré.
Que promesa para un padre saber que así como Dios mismo lo trajo desde el vientre de su madre, así también lo SOPORTARÁ, LLEVARÁ Y GUARDARÁ HASTA SU VEJEZ.
Y por si faltara respaldar su promesa, nos recuerda como llegó el bebé a través de su Palabra, pues lo que habló lo hizo venir, lo que pensó lo hizo...y esa promesa viva es Isaías Samuel.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
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